martes, 18 de junio de 2013

"FRACASO ESCOLAR" CAUSAS Y POSIBLES SOLUCIONES

El fracaso escolar: causas y posibles soluciones



La nuestra es una sociedad altamente competitiva, en la cual cada vez se espera más de los jóvenes que se incorporan al mundo laboral, desde unos conocimientos amplios y a la vez específicos, hasta unas aptitudes personales bien desarrolladas. Pese a ello, y según recientes estudios de la OCDE, el 25% de los jóvenes no concluye sus estudios básicos, es decir, uno de cada cuatro jóvenes no está lo suficientemente formado.
El fracaso escolar preocupa, y más si tenemos en cuenta que sus causas son múltiples y que, entre otras, las soluciones requieren cambios estructurales en el sistema educativo. Una de las causas importantes es el alto índice de absentismo y la escasa implicación de la familia en el seguimiento del proceso educativo, aspectos que aparecen con más frecuencia en grupos con un bajo nivel socioeconómico. Según los profesionales de ISEP Clínic, esta mayor participación y actitud positiva del entorno familiar es imprescindible para evitar el fracaso escolar.
En otro ámbito, la respuesta del sistema educativo al niño con dificultades es también crucial. Los expertos reconocen que es contraproducente educar de la misma forma a todos los estudiantes, ya que éstos pueden presentar necesidades educativas diferentes. Así, podemos encontrarnos ante alumnos desmotivados, con hábitos de estudio poco o nada instaurados, con falta de aptitudes personales (bajo nivel intelectual, déficit de atención, problemas de memoria, lenguaje poco desarrollado...), con un desequilibrio personal (conflicto con el profesor o con sus familiares, ansiedad, inestabilidad emocional...), etc. Generalmente, si ahondamos en la situación personal de estos jóvenes encontramos una imagen negativa de sí mismos como estudiantes.
Las soluciones han de ir dirigidas a la creación de programas globales, que conjuguen los esfuerzos de las instancias educativas, las familias y el profesorado. Es imprescindible una atención más personalizada, de manera que todos, incluidos los educadores sociales, si el caso lo requiere, se adapten a las necesidades del niño. En este sentido, los departamentos de orientación psicopedagógica son muy útiles.
Por su parte, el profesorado debe hacer más atractivo el estudio y transmitir entusiasmo por el aprendizaje. Los jóvenes se mostrarán seguramente más motivados si los contenidos curriculares son más cercanos a su realidad cotidiana.




Empezar con buen pie

Un momento clave es el inicio del curso escolar. Un estudio elaborado por ISEP Clínic sobre un total de 673 niños y niñas catalanes de Educación Primaria revela que aquellos que durante el verano no realizaron ningún tipo de trabajo escolar presentan después dificultades para volver a adquirir el ritmo normal. Según esta investigación, los niños que durante las vacaciones abandonan totalmente las actividades de estudio tardan entre 2 y 3 meses en volver a situarse en el nivel que tenían en el momento de finalizar el curso anterior.
Esta tendencia se acentúa en edades más tempranas: los más pequeños son los que más tardan en alcanzar el nivel de antes de las vacaciones. Otro colectivo muy vulnerable es el de los niños que manifiestan dificultades de aprendizaje. En estos casos, la pérdida de conocimientos puede llegar hasta el 40%, según los profesionales de ISEP Clínic.
Por ello, los profesionales aconsejan realizar un mínimo de una hora diaria de repaso, fundamentalmente dentro del ámbito de la lectura y la escritura, con el objetivo de que el niño consolide todo lo aprendido durante el curso y no aterrice en septiembre totalmente desvinculados de la rutina escolar.

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